ESCUELA NACIONAL PREPARATORIA

Los esfuerzos del gobierno juarista por renovar el sistema educativo se vieron coronados con la promulgación de la Ley Orgánica de Instrucción Pública de 1867. La reorganización de los estudios quedó a cargo de una comisión de educadores distinguidos y abarcaba todos los niveles de la enseñanza, uniformaba los estudios y creaba instituciones de corte moderno para impartir una enseñanza gratuita y laica, entre ellas la Escuela Nacional Preparatoria, inaugurada en febrero de 1868 en los locales del que hasta el año anterior fuera Colegio de San Ildefonso.
Su primer director hasta 1878, el médico Gabino Barreda, simpatizaba con la filosofía positivista, que fue determinante para la estructura académico-administrativa y los planes de estudios de esta escuela que a partir de 1910 pertenecería a la Universidad.
Durante un breve lapso dependió directamente de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes e incluso del gobierno municipal de la ciudad de México, pero en 1920 fue reasignada al Departamento Universitario de dicha Secretaría y, en lo sucesivo, a la Universidad.
La duración de los estudios llegó a ser de seis años porque incluía la enseñanza secundaria, misma que fue separada en 1925, para quedar en el ámbito de la Secretaría de Educación Pública; la educación preparatoria se hizo entonces en dos años, y a partir de 1966 en tres.
Conforme la matrícula de alumnos crecía, se fueron creando otros planteles en 1923, 1935,1951,1953,1959 y 1968, hasta sumar nueve; cabe señalar que desde 1954 los coordina la Dirección General de Enseñanza Preparatoria.
A un siglo de la fundación de la Preparatoria, en 1967, su archivo comenzó a ser depositado en el Archivo Histórico de la UNAM, en forma de “libros y registros de asuntos escolares y generales” que en 1973 se completaron con más unidades documentales. Está constituido por piezas manuscritas, mecanuscritas e impresas que en conjunto dan cuenta de cómo se gobernó y administró la Escuela, quiénes fueron sus alumnos y cómo se organizaron, quiénes los maestros y qué trataban en sus juntas, qué y cómo se enseñó, cómo se evaluaba el conocimiento y se reglamentaba la vida académica y administrativa, cómo se financiaba esta y, en fin, qué papel desempeñó la comunidad preparatoriana en el entramado educativo, político, social y cultural. Asimismo arroja datos sobre colegios particulares, su incorporación y la revalidación de sus estudios a nivel preparatorio, durante las primeras décadas del siglo XX.
El fondo está clasificado, conforme a las principales instancias de la estructura organizativa de la Escuela, en tres secciones (Dirección, Secretaría y Prefectura), con sus respectivas subsecciones, que a su vez comprenden 101 series documentales. Se complementa con una Colección bibliohemerográfica, principalmente de folletería donada por particulares (unos 250 títulos).